Con la llegada de la ola coreana (o hallyu, como lo denominan los coreanos), el impacto de Corea del Sur traspasó las fronteras del entretenimiento. Además de dramas y música pop, algo más se ha ganado un espacio importante en la vida cotidiana de muchas personas: el k-beauty (o belleza coreana).

Hoy es común escuchar a creadores de contenido, dermatólogos y hasta a nuestras amistades hablando sobre tónicos, esencias, y limpiadores de pH equilibrado como si fueran artículos imprescindibles de tocador.

El éxito de esta tendencia no es solo cuestión de moda. Los cosméticos coreanos se han destacado por unir ingredientes naturales como el ginseng, el arroz o el té verde con fórmulas avanzadas que priorizan la prevención antes que la corrección. Las marcas han sabido adaptarse a un público global: ofrecen texturas ligeras, empaques atractivos y fórmulas pensadas para diferentes tipos de piel.

K-beauty: el ritual coreano que está transformando las rutinas de belleza en Panamá

En Panamá, cada vez son más las personas que se suman a este universo. Deborah Peña, una joven universitaria de 22 años, conoció el maquillaje coreano a través de su amor por los k-dramas y el k-pop. “Siempre me he inclinado hacia el maquillaje que dé un acabado natural, por eso decidí empezar a utilizar este tipo de maquillaje’, cuenta.

Desde entonces, ha cambiado su rutina de cuidado de la piel. Prefiere tintas de labios coreanas como las de la marca Peripera y BB creams que no sobrecargan su rostro ni le provocan acné. Aunque al principio tuvo que experimentar para encontrar los tonos adecuados, con el tiempo aprendió a elegir los productos que mejor le funcionan. Eso sí, todavía desea que haya más variedad de opciones: “El único problema es la falta de tonos. Quisiera que todas las marcas coreanas fueran más inclusivas”.

La comunicadora social, Katiuska Hernández, de 51 años, tuvo su primer acercamiento al k-beauty cuando recibió como regalo un kit de productos de la marca Hera. Lo que empezó como una simple curiosidad se convirtió en una rutina consciente y constante. Durante un viaje laboral a Corea del Sur, conoció más a fondo sobre cómo se fabrican estos cosméticos y qué los hace especiales. Allí descubrió Sulwhasoo, una marca de lujo que le abrió las puertas a una nueva forma de cuidar su piel.

De vuelta a Panamá, continuó investigando por su cuenta: comparó marcas, buscó recomendaciones en redes sociales y descubrió tiendas locales. En cada viaje al exterior, aprovecha para abastecerse de mascarillas o probar nuevas fórmulas.

K-beauty: el ritual coreano que está transformando las rutinas de belleza en Panamá

Foto: Tomada de Instagram (@sulwhasoo.official)

Actualmente, tiene una rutina diaria adaptada a su piel madura y mixta: por la mañana realiza una limpieza suave, aplica tónico, hidratante y protector solar; en la noche, hace una doble limpieza y complementa con sérums y humectantes. “Aprendí la importancia de una buena limpieza facial”, dice convencida.

Entre los resultados que obtuvo fueron menos manchas, menor cantidad de puntos negros y una piel visiblemente más saludable. Incluso logró recuperarse de una reacción alérgica con productos calmantes coreanos.

Mercado en crecimiento

Paola Bellini, fundadora de la tienda K-beauty Latam en Panamá, destaca que nuestro país representa un mercado en crecimiento, abierto a las nuevas tendencias de cuidado personal. “Encontramos una combinación de varios factores, tanto estratégicos como culturales de cuidado que hacen del país un lugar muy especial”, explica.

Para ella, lo que diferencia a los productos coreanos es su enfoque a largo plazo, el uso de ingredientes naturales, texturas agradables y precios accesibles. Además, ha visto cómo la comunidad local ha crecido: no solo jóvenes, sino también adultos que buscan resultados visibles. Aunque el maquillaje tiene su espacio, el cuidado facial sigue siendo el favorito.

“Los panameños (hombres y mujeres) están mucho más interesados en conocer qué tipo de rutinas son convenientes para su tipo de piel y sobre todo de los ingredientes que están colocando en la misma”. Bellini ve en esta curiosidad una muestra de cómo el fenómeno global del skincare coreano también ha despertado una nueva conciencia sobre estos cuidados en Panamá.

Sarah Fu, fundadora de Sumin K-Beauty, observó que en 2020 el acceso a este tipo de productos en Panamá era limitado y poco conocido por lo que no existían muchos establecimientos especializados, así nació la idea de su tienda. “Queríamos que las personas conocieran una alternativa a la cosmética tradicional”.

Además, subraya una diferencia cultural clave: en Corea del Sur el cuidado de la piel empieza desde edades muy tempranas, como forma de prevención, y no solo como una reacción a los problemas visibles. En cambio, a la población panameña aún le hace falta más conocimiento general sobre el tema, no solo sobre marcas coreanas, sino sobre el cuidado facial en sí.

Sarah comparte que, aunque la comunidad interesada crece, muchas personas compran productos influenciadas por tendencias virales o reseñas exageradas en redes sociales, lo que puede llevar a decepciones si no se elige lo adecuado para cada tipo de piel.

También hace mención a algunas marcas de gran demanda en nuestro país como Skin1004 (conocido como Centella), Anua, mixsoon y Beauty of Joseon. “Falta más educación que ayude a hacer compras más informadas y no solo comprar productos en tendencia y decepcionarse con ello”.

Ambas emprendedoras coinciden en que la percepción del cuidado de la piel en Panamá está cambiando. Ya no se trata solo de estética, sino de bienestar, prevención y conciencia sobre lo que aplicamos en el rostro.