Todo empezó con transiciones y lip sync por parte de la creadora de contenido Sita Suwarnadwipa. Una canción de Bollywood sonaba de fondo mientras miles de personas en TikTok replicaban el video a su manera; pasaban de su rostro al natural a un look de novia india deslumbrante con ojos delineados, joyas brillantes y velos de diferentes colores.

Así nació el trend de Asoka, inspirado en una película india de 2001. Lo que parecía solo un maquillaje terminó siendo el inicio de una etapa donde ya no basta con maquillarse, hay que convertirse en alguien más frente a la cámara.

Esta tendencia marcó el inicio de una nueva forma de hacer contenido en TikTok: una mezcla entre maquillaje, actuación y producción audiovisual. Y desde entonces, todo se volvió más rápido, más intenso y mucho más visual.

Este año las tendencias de maquillaje no pararon de cambiar. Una semana la inspiración era Ballerina Cappuccina, en donde sombras rosas, grandes lazos y el aura de bailarina de ballet fue lo que predominaba, y es que este personaje era una muñeca con cabeza de taza y estética de ballet clásico sacada de un meme generado por inteligencia artificial.

Otra semana, el algoritmo se enamoraba del look de Cleopatra, con sombras azules y doradas, delineados dramáticos y un aire de realeza antigua; ¿El maquillaje? Solo una parte. El resto: un equipo detrás, una edición impecable y vestuarios acordes a la tendencia.

Y entre una y otra, cada día surgen nuevos looks inspirados en muñecas de trapo, bolas disco, hadas, brujas o princesas. Pero todos tienen algo en común: viven poco. Los maquillistas ahora también deben saber editar, planear transiciones, coordinar música, luces, vestuario y hasta contar historias en videos verticales menores a un minuto.