[vc_row][vc_column][vc_single_image image=”46463″ img_size=”full” alignment=”center”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_column_text]¿Qué factores debilitan el interés de la mujer por involucrarse en el campo científico? En la primera etapa, el sistema educativo es igualitario para niñas y niños. Cualquiera de los dos que muestre interés en las ciencias puede desarrollarlo. Hay un buen porcentaje de mujeres estudiando licenciaturas y maestrías. El problema radica en la sociedad; aún algunas materias de las ciencias se las tipifica para hombres, como la ingeniería o la informática. En la Universidad Tecnológica de Panamá hay más representación femenina en carreras en donde hace 10 años poco se veía. El embudo donde van desapareciendo las chicas es después de la etapa universitaria, sobre todo cuando comienzan a tener una vida familiar. Es mucho más complicado seguir en la ciencia si se quiere ser un investigador competitivo, es un campo demandante. Algunas no van a seguir su carrera como investigadoras, y las que siguen como investigadoras no siempre van a llegar a los cargos más altos.

¿En qué edad se da la fuga de talentos femeninos en la ciencia? Alrededor de los 30 y 40 años, cuando comienzan a tener hijos o más responsabilidades en el hogar. Si viviésemos en una sociedad donde todo el mundo hiciera el 50% de las tareas hogareñas creceríamos igual que nuestros compañeros en la parte profesional. Sin embargo, en muchas parejas la mujer se convierte en el apoyo del hombre para que este siga su carrera. En la escuela primaria hay que alentar a los pequeños, independientemente de su género, a que estudien lo que les gusta sin etiquetar que algo es para niñas o niños. Debemos enseñarles a trabajar juntos y a compartir responsabilidades.

¿Qué había en común con las becarias de Unesco-L’Oréal Fellowship for Young Women in Science con las que compartió en 2014? A todas nos encantaban las ciencias y éramos muy trabajadoras. Cada una sobrepasó las barreras que se les habían impuesto en su lugar de origen. Recuerdo a una proveniente de Jordania; no era fácil ser investigadora en ese país. La formación era para mujeres jóvenes de menos de 35 años y caí en la cuenta de que ella y yo éramos las únicas becarias con hijos. En ese momento ella pasaba por un divorcio, quizás en parte por lo difícil que es encontrar un equilibrio entre el hogar y el trabajo. Tal vez no sea fácil en ninguna parte del mundo encontrar ese equilibrio.

Uno de sus objetivos de su formación en Texas era introducir los protocolos de investigación aprendidos en Panamá. ¿Lo ha logrado? Todavía estoy trabajando en ese objetivo. La buena noticia es que justo ahora hay una nueva pasante, María Chen, quien se está formando en investigación en el Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud. Ella está en la Universidad de Texas tratando de terminar el proyecto, para luego entrenar a más personas aquí.

¿Considera que existen suficientes iniciativas enmarcadas en resaltar el trabajo de la mujer en la ciencia? Eso es lo que falta para que las niñas y jóvenes tengan modelos. En el Premio Nobel científico apenas 3% ha sido otorgado a mujeres. Hay objetos de uso diario que fueron inventadas por mujeres y eso se desconoce. Necesitamos mostrar eso: todo lo que las mujeres han logrado que no siempre se les ha reconocido, para quelas chicas sientan que en verdad todo es posible. Pero sí hay que tener más premios de incentivo a todos los niveles y apoyo por mentoras durante la formación, no solo para dar consejos académicos y científicos, sino también para apoyar en momentos difíciles.

¿Persiste la diferencia de salarios entre mujeres y hombres en el campo científico? La diferencia de salarios es bastante grande en el mundo, incluso en Estados Unidos e Inglaterra, pero aquí en Panamá esta diferencia se siente principalmente en el área privada. En el área pública no hay un escalafón del investigador. Así que ya la diferencia de salarios no es totalmente de género, sino del proyecto que tienes o en la institución donde trabajas. El Instituto Conmemorativo Gorgas de Estudios de la Salud acaba de aprobar una ley del investigador para que la remuneración sea por nivel académico y de producción. No se nota ahora una diferencia tan marcada entre los géneros, puesto que generalmente los salarios de investigación eran bajos comparados a la calidad de la formación académica requerida y el trabajo exigido, además, muchos científicos en Panamá son profesores e, independientemente del género, están ganando lo mismo. Más que el salario, lo que se ve es la dificultad en ir subiendo en los escalafones.

¿Qué dificulta a las mujeres ocupar cargos de jerarquía en organismos científicos? Creo que son las múltiples responsabilidades, y otro asunto es que entre hombres hay redes de profesionales de poder en donde no necesariamente participan las mujeres, y se apoyan entre ellos. Esto se ha descrito en varios países. Además, nosotras nos ponemos límites, ya que siempre vamos a tener responsabilidades hacia los hijos, el esposo, la casa, y por cuestiones culturales podemos sentir una presión, porque a veces nos van a recriminar “es que eres muy ambiciosa”. Esto de ser competitivo se ve con un matiz positivo en el hombre y con uno negativo en la mujer. Existe la idea de que cuando una mujer llega a un lugar no se le toma en serio hasta demostrar ser mucho más profesional, entonces se le considera igual que el hombre. Hay estudios que han mostrado esto en todos los ámbitos profesionales. También ocurre en el campo de la ciencia.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]