Hoy, por alguna razón, no puedo dormir; estoy muy inquieta… Tengo muchas ideas en la cabeza y proyectos por realizar que revolotean sin parar. Aunque ya tengo varias columnas adelantadas de María Antonieta, me ha dado un chispazo por escribir esta, así que procedo.

La palabra cáncer es fuerte, genera muchos miedos, temores y ansiedad. Nadie que no haya pasado por esto lo puede entender, y menos dar recomendaciones de cómo nos vamos a sentir durante el proceso.

Después de haber recorrido algunos meses en los que he adquirido algo de experiencia, les puedo decir que hay momentos malos, pero que hay una gran mayoría de otros que no lo son y que nos permiten salir adelante. Por supuesto, todo depende de la fase y el tipo de cáncer que nos haya tocado enfrentar. A todas las personas a las que he tenido la oportunidad de darles un consejo, les digo que escuchen siempre a su médico. Las experiencias son muy propias e íntimas de cada uno, de la forma como hayamos cuidado nuestro cuerpo a través de los años, y sobre todo de la actitud que le pongamos, pues SÍ hay que “echarle ganas”. Es importante tener los pies en la tierra y no generarse falsas expectativas para no autodeprimirnos innecesariamente; por ejemplo, con la caída del cabello.

Muchísima gente se me acercó para decirme que no necesariamente se me caería el cabello, que a sus tías, hermanas o conocidas no se les cayó porque tomaban batido de X, Y, Z, suplemento de whatever.com, y algunas ¡¡¡porque no se lavaban el cabello!!! Pero cuando a mí me tocó, fui directo al doctor, y él, raudo y veloz, me dijo sin chistar: “SE TE VA A CAER EL CABELLO”, así que prepárate. El medicamento que toca en la primera fase, es decir, Ciclofosfamida, tumba el cabello, así que no hay más nada que hacer. Es probable que las combinaciones de todas esas otras personas fueron diferentes y por eso no se les cayó, pero tener las expectativas claras ayuda a manejar mucho mejor las consecuencias.

Hoy les quiero regalar este acróstico poco romántico que hice; nunca he visto uno así, por lo tanto, ¡seremos pioneras!

C ondición temible e inesperada, que invade nuestro cuerpo,

A carrea nuestros más temibles pensamientos a la estación del miedo del puerto,

N o a todos permite hacer un alto, para revisar sus actos,

C ambios dolorosos que permanecerán en nuestros pasos, con la

E speranza de un camino todavía por recorrer, pero sobre todo para

R etomar nuestro caudal de vida y abrazar una nueva oportunidad.02

 

Sin mas que decir por hoy…