Diplomas, nervios, discursos, más nervios, Pompa y Circunstancia, alegría, nostalgia, aplausos. Todo en una ceremonia.

Este mes muchos de nuestros estudiantes vestirán una hermosa toga y adornarán su cabeza con un birrete. Se graduarán de bachiller. Darán por fin, tras 12 años, ese pasito, despacito, hacia la vida adulta.

Qué emoción tan grande para ellos y sus familias que han invertido tanto en este sueño, pero aún es más grande la emoción para Panamá.

Sí. Sepan, muchachos, que su país los está esperando. Los necesita.

Necesita que sean mejores que quienes les antecedimos. Para ello, prepárense, busquen el conocimiento del mundo, pero también de ustedes mismos. Así sabrán cuáles son sus talentos y cómo aportarlos al país.

Panamá necesita que examinen lo que hemos hecho e imaginen cuánto más lejos pueden llegar. Escuchen, miren, comprendan, y con esa información pongan manos a la obra.

Entre ustedes están los panameños que ofrecerán mejor servicio al cliente; que repensarán ciudades con espacios públicos; donde el transporte público será tan bueno que tener un carro no será una prioridad entre las familias de clase media.

Harán un país donde las provincias tendrán nuevas oportunidades de empleo y desarrollo para que migrar a la capital sean una opción y no una necesidad. Un país donde los recién nacidos de las comarcas tengan las misma probabilidades de sobrevivencia que los de la ciudad.

Uno de ustedes nos guiará a un mejor sistema educativo, no de repetir y memorizar, sino de reflexionar y encontrar soluciones propias.

Urge que sean esa nueva generación que pensará en trabajar en el gobierno como una oportunidad para servir a su país, no a sus bolsillos.

Y algunos me dirán: “¡despierta Roxana! ¿Acaso estás soñando?”.

Sí, es un sueño, pero también es un deseo, el que se merecen ustedes, el de un mejor Panamá.

Sé que no pueden solos, aún no. Todavía necesitan guía, aliento, necesitan nuestro ejemplo, que creamos en ustedes, y sobre todo, que les demos espacio para crecer y ejercer su papel, uno grande.