Hay gente que odia celebrar la Navidad. Ya lo sabemos. No lo tienen que repetir. Guarden el altoparlante, bajen la pancarta que hasta los de atrás ya vieron y escucharon.

También entiendo: no es que odian la Navidad ¿quién va a odiar la Navidad? Tampoco así. Es que odian los villancicos, odian los foquitos, el ponche, el dulce de frutas y el jamón. ¿Ah?, ¿el jamón no?

Se ha puesto de moda estar en contra. Si es San Valentín, palo. Si es Pascua, palo. Si es Halloween ni se diga. Hasta hay quienes no hacen ningún gesto especial en el Día de la Madre, porque es que ellos festejan, quieren y cuidan a su madre el resto del año. No cuando el mercadeo y el capitalismo salvaje lo impone.

A los que les gusta la Navidad no lo dicen, pero se les nota. Por ejemplo en sus casas, convierten su jardín en un pesebre. Participan en las posadas, se anotan de voluntarios para repartir regalos, se ponen campanitas en vez de aretes o mejor aún convierten su sala en territorio del expreso del Polo Norte o simplemente están más alegres.

Y en este punto vienen bajando las críticas de quienes dicen que eso no es el significado de la Navidad, que la Navidad es el nacimiento del niño Jesús y él nació pobre de solemnidad. Así que para honrarlo vámonos a dormir a las 9:00 p.m. sin foquitos y en silencio, nada de Héctor Lavoe ni Asalto de Navidad. Tampoco ropa nueva, ¿acaso María y José estrenaron pijama?

Como vivimos en la época de lo políticamente correcto, queda muy mal criticar a los que critican. Ojalá pronto pasemos a la era en que respetemos y dejemos espacio para que cada quien, sin hacer mal a nadie, disfrute a su manera.

Dejemos que el que quiera decorar su casa la decore, el que quiera poner una ronda más de foquitos al techo la ponga, el que quiera hacer pavo, jamón y pescao lo haga, si puede. Es su alegría, es su gusto. Al que no le gusta, bien. Pero no pinche el gusto que se dan los demás. No es necesario.

La Navidad es para algunos la guirnalda y la fiesta, la ilusión de los niños, la tamalada, las lucesitas en el parque, así como las canciones que oímos todos los años y eso no quita que también sea familia y amistad.