El dinero, las emociones y la calidad de vida están vinculados. Las emociones más frecuentemente asociadas con el dinero son: ansiedad, depresión, ira, impotencia, alegría, emoción, envidia y resentimiento, según el psicólogo británico Adrian Furnham. A esta lista añadiría vulnerabilidad, minusvalía y venganza.

Según este especialista inglés, incluso las personas financieramente educadas tienen malos hábitos relacionados con el dinero y enumera cinco arquetipos asociados a emociones: Los avaros, que tienen miedo a quedarse sin dinero y les cuesta disfrutar de sus beneficios; los gastadores, que le dan un uso descontrolado, especialmente cuando se sienten mal de ánimo.

Otros arquetipos son los magnates, que ven el dinero como un camino hacia el poder y la aprobación, y creen que la riqueza los hará felices; los cazadores de gangas, que se sienten superiores cuando las aprovechan y se molestan si tienen que pagar el precio completo, y por último los jugadores, a los que les resulta difícil dejar de apostar incluso cuando pierden, porque una sola victoria trae consigo una sensación de poder.

Lo cierto es que la gran mayoría de la gente no tiene ni idea del significado del dinero. La mayoría cree que la razón de todas sus miserias es no tener suficiente. Pero no tiene nada que ver.

El dinero y las cosas no definen quiénes somos, pero sí influyen en cómo nos sintamos. Las emociones asociadas al dinero son intensas y van desde un amor desmedido al rechazo. No tener dinero nos hace sentir indefensos, vulnerables. Común es que nos digamos: “nunca tendría todo ese dinero”, lo cual nos podría mover en dos direcciones: frustrarnos o luchar más para tenerlo.

Es aquí donde radica la verdadera importancia de las emociones en el dinero. Hasta que no “sintamos” que determinada cantidad de dinero es normal para nosotros, no vamos a ganarla. Seríamos nuestro principal obstáculo, mejor dicho, nuestra mentalidad, las emociones que el dinero nos despierta, nos impulsarán o detendrán.

Cuando tenemos una relación sana con el dinero, tenemos la confianza de que cualquier cosa que necesitemos nos será provista. En alguna parte leí que “ganamos dinero para comprar tiempo, pero lo perdemos intentando ganarlo”, y según el tiempo invertido y el resultado logrado surgirán sensaciones de éxito, control y seguridad.

La clave parece ser la comprensión de que la prosperidad (como el amor), existe en una medida apropiada en el momento en que podemos liberarnos de los miedos.Revise sus emociones al no contar con dinero. Conviene pensar en las razones que nos han llevado a la abundancia que nos ha sumido en problemas. Hablar, proponerse un cambio en la vida y los pensamientos quizá sea más importante que lamentarse de que tenemos dinero.