Casi el 50% de los hombres y el 33% de las mujeres en Estados Unidos recibe algún diagnóstico de cáncer en algún momento de su vida. A menudo, ese diagnóstico se presenta con muy pocas advertencias.

A continuación respondo algunas preguntas sobre qué esperar y cómo afrontar esta noticia.

¿Qué aconsejaría a alguien que acaba de recibir un diagnóstico de cáncer?

Le diría lo siguiente:Infórmese sobre los detalles del diagnóstico: indague el nombre del cáncer, el tamaño y la ubicación, dónde se originó y si se ha propagado. Pregunte si se le considera un cáncer de crecimiento lento o agresivo. Consulte cuáles son las opciones de tratamiento disponibles, la tasa de éxito de cada tratamiento y qué efectos secundarios puede esperar con cada uno. Sin esa información, no podrá entender con exactitud el problema ni saber qué esperar del tratamiento.

Cuente con un acompañante: es un momento de crisis personal, probablemente usted no pueda retener nada de la información importante que le faciliten. Lleve un acompañante, a alguien confiable que vele por sus intereses. Puede ser útil contar con alguien que le ayude a ordenar la información.

¿Cuándo se debe consultar con un oncólogo? (especialista en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer)

Depende del tipo de cáncer, del estadio y de las opciones de tratamiento existentes. Hay muchos tipos diferentes de cáncer y no todos requieren un oncólogo. Por ejemplo, algunos tipos de cáncer pueden extirparse quirúrgicamente y casi no tienen probabilidades de reincidir, como es el caso del cáncer de células basales de la piel. Los especialistas en tiroides tratan mejor determinados tumores tiroideos, porque atienden a pacientes con ese tipo de cáncer con más frecuencia que los oncólogos.

En la gran mayoría de los casos, lo que se recomienda es al menos consultar con un oncólogo para escuchar su opinión. Hable con el médico que sea el mejor especialista para ese tipo de cáncer.

¿Vale la pena buscar una segunda opinión?

Siempre es razonable pedir una segunda opinión con un oncólogo. Pida una cita en un centro oncológico especializado.

Si bien es razonable pedir una segunda opinión, no pierda el tiempo visitando seis o siete centros oncológicos diferentes para ver a muchos médicos que probablemente le digan lo mismo. Si la primera y la segunda opinión son similares, probablemente no vaya a escuchar nada diferente de los demás especialistas.

¿Qué cualidades debería tener el médico?

Busque un médico que:Sepa escuchar. Que escuche sus inquietudes; así le será más fácil hacerle preguntas.Pueda explicar. Que hable claro, con palabras comprensibles sobre las opciones de tratamiento y el pronóstico.Sepa entender. Si no se siente en sintonía con su médico, busque otro. Aunque ese profesional sea muy calificado, lo mejor será cambiarlo. Haga que la relación con su médico sea una colaboración conjunta. En el tratamiento, la mejor relación es aquella en la que puede hacer preguntas y participar.

¿Qué se debe tener en cuenta al analizar las alternativas de tratamiento?

Cuando analice las alternativas de tratamiento con el médico, debe comprender que:

Los tratamientos evolucionan. Tradicionalmente, la cirugía ha sido el pilar del tratamiento para la mayoría de los tipos de cáncer. Sin embargo, la tendencia últimamente ha sido de llevar a cabo cirugías menos extensas. Por ejemplo, hace una generación, el tratamiento para las mujeres con cáncer de mama era la mastectomía radical. Hoy en día, en cambio, se conserva la mama en muchos casos y se extirpa solamente el tumor canceroso junto con un margen del tejido circundante, por seguridad; luego, se administra radioterapia y, a veces, quimioterapia o tratamiento hormonal. La eficacia de este método es igual a la de las cirugías más extensas.

Las alternativas de tratamiento varían. Infórmese sobre la enfermedad y los métodos a los que comúnmente se recurre para tratarla. Algunos tipos de cáncer responden mejor a la radiación y otros, a la quimioterapia o a los tratamientos hormonales. Algunos requieren un tipo de terapia a diferencia de otros que necesitan una combinación de tratamientos.

A veces, basta con la simple observación del cáncer, en lugar de proseguir con un tratamiento. Algunos tipos de cáncer presentan pocos síntomas o ninguno, causan pocos problemas y dolor mínimo o ningún dolor y hasta pueden permanecer inactivos durante largos períodos. En estos casos, el tratamiento no suele mejorar la calidad de vida.

Otros tipos de cáncer son agresivos y pueden causar problemas importantes. Aquí se justifica proseguir con el tratamiento.

Pregunte qué sucedería si no recibe ningún tratamiento y compare la respuesta con los resultados que se esperarían obtener con el tratamiento.

Los tratamientos tienen efectos secundarios. Necesita entender qué efectos secundarios puede esperar y qué beneficios ofrece el tratamiento. Luego, sopese cuán dispuesto está a tolerar los efectos secundarios para obtener esos beneficios.

Los objetivos de la terapia pueden variar y nadie más que usted debe tomar la decisión de qué efectos secundarios está dispuesto a aceptar para alcanzar el objetivo.

Por ejemplo, si es joven y tiene una enfermedad curable, es posible que esté dispuesto a tolerar a corto plazo efectos secundarios muy graves, a cambio de poder eliminar la enfermedad. Pero si tiene 85 años y padece una enfermedad incurable, puede que no desee aceptar los efectos secundarios graves si el objetivo es vivir solo un mes más o dos.

Consulte con el médico qué se logrará con el tratamiento. Puede sonar genial que el médico afirme que el tratamiento mejorará la supervivencia en un 50%; pero si ese porcentaje significa prolongar la vida 8 o 12 semanas y el resto del tiempo la persona está vomitando y luchando contra las náuseas, la debilidad y el cansancio, tal vez no haya ganado mucho.

¿No son terribles los efectos secundarios de todos los tratamientos oncológicos?

No necesariamente. Los tratamientos oncológicos tienen efectos secundarios, pero la mayoría son predecibles. El médico puede darle un plan para evitar muchos de ellos y, además, tratar o aliviar otros.

En general, los efectos secundarios son reversibles y el médico debe concentrarse en ayudarle a lidiar con ellos.

Cuando elija un tratamiento, piense en los posibles efectos secundarios, pero también tenga en cuenta que la mayoría de ellos no son tan malos como dicen.

Consulte con su médico qué puede esperar: ¿cuán mal se sentirá? ¿cuánta energía tendrá durante el tratamiento? Si actualmente trabaja 48 horas por semana, ¿podrá trabajar la misma cantidad durante el tratamiento? ¿Podrá, a lo mejor, trabajar 20 horas? Necesita saber las respuestas y la decisión de continuar con el tratamiento es solo suya.

¿Cuál es la función de la familia y amigos?

Aunque posiblemente tengan las mejores intenciones, a veces, los familiares y los amigos abruman con las investigaciones que hacen. Quizás se entusiasmen mucho y promuevan un tratamiento agresivo, cuando en realidad no entienden bien los efectos secundarios ni los resultados.

No obstante, familiares y amigos desempeñan un papel fundamental en la supervivencia. Varios estudios han vinculado la supervivencia del cáncer con el contacto social, pero conozca sus propios límites y tome un descanso si necesita reorganizar sus ideas. Defina sus prioridades y reconozca sus limitaciones.